Por: Diego Armando Arias, coordinador de Sistemas, experto en Ethical Hacking

Crear una contraseña segura puede parecer tan complicado como resolver un cubo de Rubik… mientras te lanzan pelotas de ping-pong a la cabeza. Pero no te preocupes, aquí te damos una guía práctica para que tus contraseñas sean más seguras que el cofre del tesoro de un pirata cibernético.

1. Dile adiós al clásico “123456”

Si tu contraseña es “123456” o “contraseña”, felicidades, eres un blanco perfecto para los hackers. Piensa en algo más complicado. Si tu contraseña puede ser adivinada por un loro, es hora de cambiarla.

2. Piensa en algo único (pero no tanto)

No necesitas crear una contraseña tan única que ni tú mismo recuerdes. ¿Por qué no elegir algo memorable, como tu comida favorita mezclada con un toque de creatividad?

Ejemplo: PolloFrisby@2024. (Ahora ya no uses este ejemplo).

3. ¡Mezcla todo!

Tu contraseña necesita:

Mayúsculas y minúsculas. Como MundoLocO.

Números. Agrega el año de tu película favorita: MundoLocO1994.

Caracteres especiales. Hazlo más divertido con símbolos: MundoLocO1994!.

4. Frases, pero que no sean del himno nacional

Usa una frase fácil de recordar, pero cámbiale algunas cosas. Por ejemplo:

“Yo amo las galletas, pero odio el brócoli” puede convertirse en:

Yo@moGalletasXbr0col!.

5. Cuidado con tus amigos hackers

Sí, sabemos que amas a tu gato “Gonter”, pero si es lo primero que tus amigos pensarían para adivinar tu contraseña, mejor búscate algo más difícil. ¿Qué tal combinarlo con algo absurdo? Ejemplo: GonterDeLasGalaxias#42.

6. No uses la misma para todo

Usar una sola contraseña para todo es como usar la misma llave para tu casa, oficina y auto. Si la pierdes, prepárate para el caos.

7. Cámbialas regularmente

Sí, lo sabemos, es tedioso. Pero cambiar tu contraseña cada cierto tiempo es como cambiar el aceite del carro: necesario para evitar problemas mayores.

Sé creativo, pero no tanto.

Recuerda, las mejores contraseñas son como buenos chistes: originales, difíciles de olvidar y, sobre todo, ¡que solo tú entiendas!

P.D. No olvides anotarlas en un gestor de contraseñas porque, admitámoslo, somos buenos olvidando.